miércoles, 5 de noviembre de 2008

Obama: Esperanza o desventura

Tal parece que se hizo realidad el sueño de Martin Luther King; ahora la historia consigna un hecho tan trascendente como la caida del muro de Berlín o el fin del Comunismo.

El triunfo electoral de Barack Hussein Obama Jr. está hecho de esos ingredientes que nos recuerdan que los hombres pueden superar sus enanismos morales y hacer prodigios sociales de la más elevada y sublime capacidad de raciocinio y espiritualidad humanas.

La elección del 4 de noviembre de 2008 en los Estados Unidos pasará a la posteridad por muchos motivos, pero para no caer en los lugares comunes, me referiré que este importantísimo acontecimiento nos deja grandes lecciones de humanidad que no podemos dejar de lado en ninguna parte del mundo.

No solo se trata de la capacidad de un pueblo de superar sus atavismos y elegir al primer presidente negro de la historia de la nación más poderosa de la tierra, sino que nos deja el más cristalino ejemplo de dignidad humana, la esperanza en un futuro mejor, la fe, la tolerancia, la civilidad política, y la confianza en que las insituciones siempre son superiores a las debilidades humanas.

Con Obama los estadounidenses recuperan la confianza en su país, pero ahora lo hacen con un renonavdo espíritu, con un nuevo paradigma que, en esencia, debería hacer comprender a toda la población que no hace falta ser nativo ni miembro de una mayoría étnica para amar a su país y comprometerse con todas sus energías a construir una nación grande.

Esperemos que la lección de tolerancia que el pueblo de los Estados Unidos le dio al mundo, se vea reflejado en las otras minorías, porque los migrantes de todo el mundo que llegan a ese país, han entregado algo más que el simple sudor de su frente para ayudar a sostener al Estado más influyente del planeta.

Sin emargo, en México debemos tomar nuestras previsiones porque no todo es miel sobre hojuelas; Obama, el candidato, nunca mencionó a Latinoamérica en su programa de acción, y si bien se planteó mejorar las condiciones de seguridad social, de crecimiento económico y de mejor relación con el mundo, lo hace por el bienestar interno de Estados Unidos.

En campaña propuso revisar el TLCAN y, desde luego, no tendríamos por qué extrañarnos si su gobierno comienza con medidas proteccionistas que afecten la condición de socios que tenemos con ese país y en clara afectación a los ríos de migrantes que a cada día intentan cruzar la frontera.

No olvidemos que Estados Unidos tiene que irse a un rincón a lamerse y curarse las heridas de la guerra y de los excesos económicos y en ese compás de espera podría verse afectada la relación bilateral.

En realidad parecía que lo más conveniente para México era que ganara McCain, quien tiene un excelente relación con nuestro país, conoce perfectamente el fenómeno migratorio, nos tenía en su agenda, es Senador de un estado fronterizo y, al haber nacido en Panamá, tiene fuertes lazos afectivos con América Latina.

No le queda más opción al gobierno mexicano que comenzar de inmediato los acercamientos con el Presidente Electo Obama para poner en su mente la siempre tan delicada relación bilateral, que no olvide que el voto de los nacidos en México influyó en su victoria y que, al igual que su minoría racial, los mexicanos en Estados Unidos son uno de los principales motores de la productividad de la nación de la que en breve será Presidente.

No hay comentarios: